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CON SUS BOVEDILLAS SE CONSTRUYE EL RASCACIELOS MAS ALTO DE LA CIUDAD DE VALENCIA
(La finca de Hierro, también llamada edificio Garcerán. Su edificación –la primera en la ciudad que empleó una estructura de hierro, de ahí su nombre- empezó en 1954, antes de la riada que asoló Valencia en octubre de 1957, y duró hasta 1962, diseñado por los arquitectos Vicente Figuerola Benavent y Vicente Aliena Goiti fue el más alto de Valencia durante 40 años.)
«Allá por los albores de nuestro siglo XX, un modesto albañil, hijo de Burjasot, se entregaba con el mayor entusiasmo a la tarea de fabricar hornos para la cocción de ladrillos. Numerosas industrias florecientes del ramo, situadas en lo que hoy es emporio de la alfarería –Alfara del Patriarca- conocen sobradamente la capacidad de aquel obrero especializado que fomentó con su trabajo la gran riqueza alfarera.
Al propio tiempo que el joven albañil, Francisco Bueno Oliveros, fundaba su hogar, establecía por su cuenta una modesta industria.
De sus primeras vacilaciones o ensayos no vamos a ocuparnos demasiado. Nos bastará saber el tesón con que se empleó hasta obtener la materia apropiada para la fabricación de ladrillos. La tierra arcillosa de Burjasot fue amasada y hermanada con la tierra grasa de Olocau, y ya sólo faltaba que el impulso brioso de los hijos de Francisco Bueno multiplicara las naves, los hornos y la maquinaria, dando lugar a esta importantísima factoría que esparce las arenas de la partida de La Coma, de Burjasot, entre las edificaciones de la gran urbe valenciana.
El 17 de enero de 1953, rodeado de sus hijos, falleció don Francisco Bueno Oliveros, a la edad de ochenta años, después de una vida intensa de laboriosidad y afable rectitud. Sus hijos y herederos incrementaron con su trabajo la hacienda fundada por el padre.
EMPLAZAMIENTO
Por cuanto esta firma comercial representa para Valencia, nuestra revista, tan vinculada a los intereses morales y materiales de la región, desea traerla a sus páginas para colocarla en el plano tan relevante que le corresponde. Investidos de la representación de VALENCIA CULTURAL, nos encaminamos hacia la ciudad de los Silos, partida de La Coma, la antigua barrancada que alimenta con sus tierras de sedimentación la industria que nos ocupa y que está situada en la carretera de Liria, hoy General Aranda, núm. 141.
Nos recibe su gerente don Pedro Bueno Gil, Primer Teniente de Alcalde Burjasot, que, con nosotros, recorre una vez más las instalaciones.
PROCESO INDUSTRIAL
En efecto, el barranco de La Coma constituye la cantera. Sus arenas reposan sedimentadas hasta una profundidad que oscila entre el metro y los dos metros por lo que la explotación se realiza horizontalmente. La primera operación es la de extracción de la tierra. Su mixtura con la tierra grasa de Olocau se realiza en seco y en proporciones variables, procediéndose a continuación al triturado mecánico hasta conseguir una arena finísima. Viene luego el amasado, también mecánico, procurando dar a la masa la humedad conveniente. Tras esta operación se ejecuta el moldeado a presión, fase rápida y curiosa que termina con el cortado de las piezas, la primera parte del proceso. Los ladrillos y baldosas, las grandes bovedillas, con la forma ya definitiva, pero en crudo, son conducidas por las vagonetas distribuidoras a los respectivos secaderos, donde permanecen los días necesarios hasta perder la humedad necesaria. Por último, la cocción. Dispone la fábrica de un gran horno de fuego continuo compuesto de doce cámaras alimentadas con carbón mineral. La cocción que es la operación más importante y de mayor responsabilidad, termina el proceso de fabricación y las piezas quedan en disposición de ser servidas a los clientes.
Derribo de la Chimenea de «Rajolar de Burjasot» ca.1983. Instantáneas realizadas desde el Camí del Cementeri, al fondo el carrer «La Punyalá». Archivo Templers de Burjassot
CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN Y ESPECIALIDADES
La capacidad de producción de esta empresa es de seis millones y medio de piezas por año. Últimamente se ha especializado en la fabricación de ladrillos rojos para fachadas, pero la verdadera especialidad de esta casa la constituye la producción de piezas cerámicas de grandes dimensiones –bovedillas-, que nada tienen que envidiar a las que se fabrican en las factorías italianas de fama mundial. Digamos, finalmente, que con estas piezas, de las que la fábrica de Hijos de Francisco Bueno ha sido capaz de suministrar 52.000 metros cuadrados en dos años, se ha dado cima al rascacielos de la calle de Játiva, de nuestra capital, que es el edificio más alto de la región valenciana!. (1)
(1) Transcripción literal del artículo aparecido en el nº. 1 del año I en la revista “VALENCIA CULTURAL” de fecha mayo de 1960.
Jesús Moya Casado
Associació Cultural Templers de Burjassot©